Con esta acción el gobierno chavista ha reforzado su condición de factor de inestabilidad regional. Hugo Chávez se ha erigido en el gran divisor de la hermandad latinoamericana, que aún busca caminos hacia su integración.
Por todo ello, la presidencia de esta internacional solicita:
A los organismos internacionales, reforzar las labores de observación in situ en territorio venezolano, a fin de inhibir las violaciones a los derechos humanos y la represión violenta por parte de los organismos estatales.
A las embajadas instaladas en territorio venezolano, tomar medidas diplomáticas que evidencien ante Hugo Chávez la reprobación internacional ante la violencia desatada por sus decisiones.
A las dirigencias y a los militantes de los partidos de la democracia cristiana, emprender acciones de solidaridad efectiva con el COPEI en particular y los venezolanos en general, honrando el principio de solidaridad que sustenta nuestra identidad política.
En vista de las duras críticas que ha lanzado el mandatario a
Por ello, la democracia cristiana extiende —una vez más— su ofrecimiento de dialogar con el gobierno de Miraflores a fin de contribuir a distender el ambiente político y contribuir a la armonía y la reconciliación social.
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